miércoles, 31 de julio de 2019

SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

A comienzos del mes de julio comenzamos con una serie de post en nuestro blog dirigidos a la exposición de los sacramentos, no queriendo explicarlos teológicamente sino dar algún apunte pastoral que sirva para nuestra cotidianidad. Hoy nos gustaría reflexionar en torno al sacramento del Matrimonio.

Cada vez que se acerca una pareja a la parroquia para pedir este sacramento ya es un oportunidad para andar un camino juntos. Triste sería elegir casarse por la Iglesia por tradición o porque el escenario es bonito. Por ello el sacerdote pregunta: ¿Os queréis? Quizá la pregunta descoloque pero es elemental. Y la segunda pregunta: ¿Por qué os queréis casar por la Iglesia? Hoy en día hay múltiples maneras de unirse. Y de ahí se puede partir para todo lo demás.

Cuando uno elige casarse por la Iglesia, esta opción no puede quedar supeditada al convite. Conocemos lugares en los que se está especializando en celebrar bodas porque tienen cercano un lugar apropiado para el banquete y todo lo demás. Es en medio de la comunidad cristiana donde se celebran todos y cada uno de los sacramentos, es decir, la vida de un cristiano. Por eso que importante ser miembros activos de la parroquia y que esta nos vea crecer, y se alegre con cada hito de nuestras vidas.

La celebración ha de preparase con mimo, solo y exclusivamente la pareja con el sacerdote. Que bonito es vivir celebraciones del matrimonio bien preparadas en lo que toca a la música, al decoro, al gusto con las flores, a la seriedad con los horarios, a las distintas participaciones, etc. Realmente se hace vida la celebración, los novios entran y participan de lleno, es el mejor regalo que les podemos hacer, una buena y participada celebración; pero no tenemos que confundir con pasarelas, intervenciones leyendo las lecturas que no proclamando, dando discursos, más propios de otro lugar que de la iglesia, pues algunas veces, roza la chabacanería. Pero esto es las menos veces, cuando se prepara con conciencia, es un gusto como está todo armonizado.

Hay varias cosas muy importantes en el matrimonio por la Iglesia: comienza un camino juntos hasta la vida eterna, en fidelidad y confianza mutual. El eje es el amor, por ello estarán abiertos a la vida y esa vida la educarán en la fe. Se siembra la Gracia de Dios y luego la pareja se encarga de hacer crecer esa semilla. Cuando el Señor está en medio de la pareja, esta se siente bendecida y ellos crecen y los de alrededor también. ¡ENHORABUENA!

lunes, 29 de julio de 2019

PREGÓN DE LAS FIESTAS DE NUESTRO PUEBLO


El pasado sábado, 27 de julio, nuestro pueblo inauguraba las fiestas de la villa, con la proclamación de las reinas y el pregón de las fiestas a cargo de la Cofradía San José, en la palabra de Encarna Molpeceres y David Sanguino. Muy bellas palabras para el padre de Jesús, para el patrón de los carpinteros y para todas las personas que con sus manos trabajan la manera en el pueblo de Íscar. Palabras emocionantes que llegaban especialmente para los jóvenes que cada año anhelan estos días de fiesta, pero también para animarles a tomar el testigo de esta tradición. ¡VIVA SAN JOSÉ!

Nuestra parroquia, también, ayer en la Misa Familiar de San Miguel encomendó dichas fiestas, nuestro párroco agradeció la elección de la Cofradía de San José como pregonera de las fiestas de este año. Nuestro pueblo tiene profundas raíces cristianas, y es de agradecer que nuestras autoridades así lo reconozcan, con la elección de una cofradía, tan representativa de este pueblo, como la de San José. El pueblo se merece unos días de fiesta después del trabajo del año. Ojalá se vivan en paz y armonía, acogiendo a los que vienen de fuera. ¡VIVA ÍSCAR!

lunes, 22 de julio de 2019

Peregrinación diocesana a Lourdes

La diócesis de Valladolid, como cada año, ha organizado una peregrinación al Santuario Mariano de Lourdes (Francia). A dicha peregrinación se han sumado cuatro iscarienses, tal y como se puede apreciar en las fotos. En una de ellas vemos al Cardenal Arzobispo de Valladolid que posa en la foto. Don Ricardo, como pastor de la diócesis, encabeza dicha peregrinación, en la que no pocos enfermos, así como voluntarios participan de una magnífica experiencia que les lleva a vivir la fe de manera universal, pues en Lourdes se juntan cristianos de todas las partes del mundo. Les pedimos que recen por nuestra parroquia, por todos los que la conformamos, que pidan para que cada día se sumen más personas que deseen enamorarse del Señor y que lo den a conocer a los demás.

La propuesta de Lourdes es muy variada: viacrucis por el monte, celebraciones eucarísticas en las diversas capillas o en la grupa, la Misa internacional, el rosario de las velas de cada noche, el recorrido del lugares más emblemáticos de la localidad, etc. Además de los baños y tiempo para que cada peregrino pueda tener experiencia personal espiritual, y la preparación para una buena confesión.

En la última excursión parroquial la gente pedía una peregrinación de este tipo. Nuestra parroquia se propone, si Dios quiere, el curso que viene poder realizar una peregrinación a algún Santuario mariano. Habrá que ver en qué momento. Ilusión y ganas, la verdad, es que no faltan, y eso es fundamental para arrancar. 

Festividad de Santa María Magdalena


Santa María Magdalena es una de las discípulas más fieles y que el Señor escogió para ser testigo de su resurrección ante los apóstoles, asimismo es ejemplo para toda mujer de la Iglesia y de auténtica evangelizadora, es decir, de una evangelizadora que anuncia el mensaje gozoso central de la Pascua.
El 10 de junio del 2016 el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, emitió un decreto en el que, siguiendo la voluntad del Papa Francisco, se estableció que la memoria litúrgica de Santa María Magdalena se eleve al rango de fiesta.
En referencia a ella, Benedicto XVI expresó en el 2006 que “la historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.
En los Evangelios se habla de María Magdalena, la pecadora (Lc. 7, 37-50); María Magdalena, una de las mujeres que seguían al Señor (Jn. 20, 10-18) y María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42).
La liturgia romana identifica a las tres mujeres con el nombre de María Magdalena, como lo hace la antigua tradición occidental desde la época de San Gregorio Magno.

María Magdalena siguió a Jesús hasta el Calvario y estuvo ante el cuerpo yacente del Señor. El domingo de Resurrección fue la primera que vio a Cristo resucitado y tuvo el honor de ser enviada por el Señor a anunciar esta buena noticia a los discípulos.
Oración
Señor, Dios nuestro, Cristo, tu unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.

martes, 16 de julio de 2019

HOMILÍA P. JUAN CARLOS EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN + ORACIÓN A MARÍA, MADRE DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN


Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo (Hch 1, 14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización.
En la cruz, cuando Cristo sufría en su carne el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo. En ese crucial instante, antes de dar por consumada la obra que el Padre le había encargado, Jesús le dijo a María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego le dijo al amigo amado: «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19, 26-27). Estas palabras de Jesús al borde de la muerte no expresan primeramente una preocupación piadosa hacia su madre, sino que son más bien una fórmula de revelación que manifiesta el misterio de una especial misión salvífica. Jesús nos dejaba a su madre como madre nuestra. Solo después de hacer esto Jesús pudo sentir que «todo está cumplido» (Jn 19, 28). Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio. Al Señor no le agrada que falte a su Iglesia el icono femenino. Ella, que lo engendró con tanta fe, también acompaña «al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (Ap 12, 17). La íntima conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo, ha sido bellamente expresada por el beato Isaac de Stella: «En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de la Iglesia, virgen y madre, se entiende en particular de la Virgen María […] También se puede decir que cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda […] Cristo permaneció nueve meses en el seno de María; permanecerá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación de los siglos; y en el conocimiento y en el amor del alma fiel por los siglos de los siglos».
María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica.
A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial. Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y «su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia». Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Nosotros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores. En esta peregrinación evangelizadora no faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la que vivió María en los años de Nazaret, mientras Jesús crecía: «Este es el comienzo del Evangelio, o sea de la buena y agradable nueva. No es difícil notar en este inicio una particular fatiga del corazón, unida a una especie de “noche de la fe” –usando una expresión de san Juan de la Cruz–, como un “velo” a través del cual hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el misterio. Pues de este modo María, durante muchos años, permaneció en intimidad con el misterio de su Hijo, y avanzaba en su itinerario de fe».
Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Lc 1, 52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2, 19). María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos.

DÍA 9º: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - “LA VISITACIÓN” (Lc 1, 39-45)



            Profeta es el que dice la palabra. Pues bien, María ha escuchado a Dios como amiga; por eso puede y debe decir su palabra, como embajadora de la gracia ante su prima, la madre del Bautista.
            La escena de la Visitación nos sitúa en el “tiempo de las mujeres”. Es como si, al llegar el momento culminante de la revelación, los varones pasaran a segundo plano.
            María, que ha recibido la palabra de Dios y lleva al mismo Hijo divino en sus entrañas, sintiendo la necesidad de compartir su experiencia con Isabel, mujer pariente, futura madre de Juan el Bautista, conforme a lo que ha dicho la anunciación, corre a visitarla. Se encuentran frente a frente las mujeres, llevando en sus entrañas el secreto de Dios, el presente y el futuro de la vida.
          María se ha dejado llenar por la bendición y bienaventuranza de su prima. No tiene nada que añadir, no debe explicar o comentar cosa alguna, pues todo es claro. Simplemente asiente: recibe agradecida la palabra de Isabel y le contesta agradeciendo a Dios.
            Canta María y en la primera parte de su himno alaba a Dios, reconociendo los dones que ha querido concederle. De esa forma traduce la bendición y bienaventuranza de Isabel en confesión. Esta es la definición más honda de María, el signo que distingue su persona. Ella es alma abierta hacia la altura de Dios, deseo de encontrarle y de cumplir su voluntad. Ella es igualmente espíritu, es la hondura de la vida convertida en alegría, gozo intenso porque Dios existe y salva a los humanos.
            Esta palabra expresa el camino doble de la vida de María: sale de sí para alabar al Señor (dice que es grande); vuelve a sí para alegrarse de que Dios exista y sea salvador. Como en toda auténtica amistad, aquí no existe miedo alguno. No hay recelo frente a Dios, no hay envidia de su gloria, no hay posible competencia. Admiración y gozo ante el amigo divino, eso es la vida entera de María. Dios le ha llamado para vivir en libertad y libremente goza, admira y canta al contemplar los dones que Dios le ha concedido.
            En el principio, más allá de todas las razones, María acoge a Dios y admira emocionada su presencia. Por eso, ella comienza con un canto, expresando así el origen y sentido de su interior. No se trata de renunciar a la razón o de caer en un puro sentimentalismo sino de llegar a las raíces de la racionalidad más honda.
            Esta es la razón del Dios amigo que brota del encuentro con su gracia. Es la razón del que descubre que toda su existencia es un regalo. Antes de todo lo que pueda conseguir con sus méritos y fuerzas, antes de todo su trabajo, María sabe que Dios mismo ha fundado con su vida divina la alegría y fuerza de su propia vida.

DÍA 8º: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - "LA VIRGEN MARÍA, TRONO DE LA SABIDURÍA"


DÍA 8º: Lunes, 15 de julio
Lc 2, 15b-19

            Los cristianos tenemos sobrados motivos para celebrar a María como “reina y señora”, pero corremos el peligro de olvidar la historia de aquella mujer sencilla que vivió en un pequeño pueblo de una región periférica en el mundo de aquel tiempo. María de Nazaret es alguien de nuestra raza. Como los demás humanos, nació y vivió en un contexto histórico, social, económico, político, religioso y cultural. Como en las demás mujeres, su naturaleza humana se desgastó, se vio afectada por las inclemencias de los años y envejeció. No vivió separada y protegida, vivía en el mundo y para el mundo; ¿por qué tanto miedo al mundo?
            María fue una mujer sencilla del pueblo y sensible a las necesidades de los pobres. Conocía muy bien lo que era ser de pueblo y lo que era ser pobre. Nació del fruto de amor de sus padres: Joaquín y Ana. María recibió un favor singular de Dios. Y recorrió su camino en la sorpresa y en la oscuridad de la fe.
Aquí tenemos junto a nosotros a la Virgen del Carmen, bajo su amparo nos venimos a acoger una vez más. Ella nos guía en el camino que nos dirige Jesús, mañana lo simbolizaremos al andar en procesión por las calles de nuestro barrio manifestando públicamente nuestra fe, más si cabe en este Año de la Fe en el que nos encontramos. Todos juntos le cantamos y ella nos hace estar alegres porque vemos en ella una mediadora entre nosotros y el Señor. Ella nos invita siempre a celebrar la Eucaristía, a escuchar la palabra y a partir el pan.
Cuántas personas, a lo largo de los años, se habrán convocado, acercado y reunido aquí para venerarla, para darle gracias por los bienes recibidos durante el año, ahora que estamos en tiempo de cosecha, de buena cosecha, ¿qué le ofrecemos nosotros a Nuestra Señora? ¿Acaso nuestra oración y devoción? ¿Solo eso, o también nuestro compromiso diario de decir Amén a la palabra del Señor? Cuántos de nuestros antepasados: nuestros padres, nuestros abuelos, cuántos,… se habrán acercado aquí. Cuántos sentimientos, deseos, peticiones, oraciones, ofrecimientos habrá escuchado, recibido de tanta gente. Cada uno expresándose como sabe y puede, pero ella reconociendo lo que recibe y agradeciendo.
Si miramos su imagen, su composición es bellísima, clásica, del tiempo en el que fue realizada. Su gesto es humilde y austero, como con una mirada hacia el infinito, con su hijo en brazos, entregándonoslo, el niño dirige la mirada hacia al frente, en la misma dirección de la madre. Esta es la experiencia de María. Quien le ha mirado a María es el Señor, Dios se ha fijado en esta muchacha de Nazaret. La Virgen sabe que Dios le ha mirado y con eso le basta: la ha visitado en su pequeñez, le ha ofrecido compañía en su camino, fuerza en el fondo de su desamparo. Ella no canta en general, no quiere hablar de oídas; sólo dice y canta aquello que Dios ha realizado en ella al contemplarla.

domingo, 14 de julio de 2019

"MEJOR, IMPOSIBLE" - Excursión de la Parroquia de Íscar en colaboración con la Asociación de las Amas de Casa de Íscar

Hace meses que teníamos prevista esta excursión anual: visita a la exposición de las Edades del Hombre, esta vez en Lerma (Burgos). El tema de la exposición: los ángeles. Tal y como expresa las Edades del Hombre en su presentación: "Los Ángeles son seres divinos que forman parte de la corte celeste, intermediarios, custodios individuales de hombres y criaturas y mensajeros del Padre. Constituyen una realidad espiritual que forma parte del Credo católico y de nuestras vidas. A su figura y trascendencia está dedicada la XXIV edición de Las Edades del Hombre que se celebra en Lerma durante 2019". "La visita a la nueva exposición de Las Edades del Hombre supone una oportunidad única de disfrutar de una de las mejores muestras de arte sacro de España, como lo demuestra los más de 11 millones de visitantes que han tenido las veintitrés ediciones celebradas. Pero además será una ocasión para visitar Lerma y para conocer y disfrutar de infinidad de recursos de turismo cultural, naturaleza, fiestas y enogastronomía de la zona, entre los que podríamos citar, los monasterios de Caleruega y Santo Domingo de Silos, el Torreón de Dña. Urraca en Covarrubias, el Yacimiento Arqueológico de Clunia, los Sabinares del Arlanza con el Desfiladero de La Yecla, la Ruta del Vino de Arlanza, etc.".

La salida la teníamos a las 9,30h. Contra todo pronóstico y a favor nuestro, puesto que los días anteriores habían sido muy calurosos: cielo encapotado de nubes y justo cuando salimos lluvia abundante que nos acompaña prácticamente hasta poco antes de llegar a Lerma. En Lerma nos caen algunas gotas, justo al entrar en la exposición, que ayudan a refrescar el ambiente. No obstante la gente ataviada de chubasqueros y paraguas. Este tiempo, mezclado con momentos de buen sol, fue la tónica predominante de toda la jornada. Justo cuando nos marchamos, nada más subir al autobús, desde Covarrubias, nuestro segundo destino, gran tormenta. Es decir, un día que ni encargado. Gracias, Señor, por tu gran bondad.

Pasamos un día fenomenal. Todo muy positivo. Personas con dificultades para andar, aguantar de pie, etc. respondieron muy bien. Gracias, Señor, por las personas mayores que nos enseñan a aguantar en la vida.

El transporte, con la empresa ECSA, fenomenal, su conductor, el bus, todo muy bien. Comenzamos nuestra excursión encomendando el viaje: "Alegre la mañana que nos habla de Ti". "De dónde venimos y a dónde vamos". El restaurante Lis2, estupendo en la comida y en la agilidad del servicio. Ciertamente un acierto. Que siempre da lugar a la armonía entre todos y al buen hacer, a la rica convivencia, al humor y al crecimiento de unos en comunicación con otros.
La exposición nos gustó mucho, la gente comentaba de lo bien que se explican las guías que lo muestran, que son auténticas enseñanzas de la vida del Señor, y en este caso de los ángeles (catequesis).
Por la tarde, la visita en Covarrubias, un pueblo precioso, adornado este día al modo medieval, pues se celebraban: "El segundo fin de semana de julio la villa de Covarrubias saca sus pendones y sus gentes visten sus trajes del medievo... Este día se celebra la fiesta medieval y de la cereza. Covarrubias es bien conocida en toda la provincia por su rica cosecha de cereza y en este día la gente de la localidad saca a la calle las cerezas recogidas durante los días anteriores para ofrecerlas a los miles de visitantes que en ese fin de semana se pasean por la Villa. Aunque hoy en día abundan las fiestas medievales, la de la Villa Rachela es excepcional, ya que el estado de conservación de los edificios, las calles empedradas y los bellos monumentos que la acompañan, hacen que no hay que disfrazar el pueblo. El mercado en el que se ofrece de todo (desde un te "moro" hasta el mejor queso) es uno de los mejores que nos podemos encontrar".

Allí pudimos visitar su antigua Iglesia Colegiata y su museo, explicada por el mismo párroco de la localidad. Quizá en ese momento la gente andaba un poco cansada, que lo resolvió después con un refresco en una de las tantas terrazas del pueblo.

En resumen, un éxito de día. No hay más que oír a la gente decir al final de la misma: "¿para cuándo la próxima?". Gracias a Mari Mar, de la Asociación Amas de Casa, con la que la parroquia se coordinó para la organización de esta excursión, gracias a toda la gente, por lo bien que respondió. Terminamos el día cantando en agradecimiento, la Salve a nuestra Señor la Virgen de los Mártires.

DÍA 7º: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - “DOMINGO XV T.O. CICLO C” “MARÍA, MUJER SAMARITANA”


DÍA 7º: Domingo, 14 de julio
Lc 10, 25-37

            En la parábola del Buen Samaritano que acabamos de escuchar no hay referencia directa o explícita a la Virgen María. Sin embargo, Lucas que es el evangelista que nos narra esta historia, hace dos observaciones a lo largo de todo su evangelio que, junto con el texto que acabamos de escuchar sitúan a María como una de las claves nucleares para intuir el origen de la parábola, y para comprenderla desde la figura de Jesucristo y la de la Iglesia.
El primero de los textos, repetido dos veces por Lucas con muy leves cambios, alude a la atención con que María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2, 19.51), es decir, todo lo relativo a su experiencia como madre a lo largo de la infancia de Jesús.
El otro texto es complementario al anterior por el plus de significación que le añade: Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2, 52).
Pues bien, puestos ambos textos en relación de significado vienen a decirnos claramente que el crecimiento corporal y espiritual de Jesús -el Hijo de Dios haciéndose hombre en el hogar de Nazaret- venía impulsado día a día durante la llamada vida oculta, por el sustento y la educación que recibía de sus padres, María y José. De ellos se sirvió abiertamente Dios Padre para comenzar inculcando en la humanidad de Jesús el mensaje de compasión-misericordia, que luego Él reflejaría en la parábola y figura del Buen Samaritano.
Vistas así las cosas, guardadas en el corazón por María, iban rebrotando en el día a día de la convivencia familiar, en forma de pedagogía constructora del carácter, de las actitudes y comportamientos humanos del Hijo de Dios e Hijo suyo. Por eso, no es improcedente afirmar que el impulso generoso con que el Samaritano de la parábola se acercó decididamente al herido, aflora del mismo manantial que movió a María a ponerse deprisa en camino para ayudar a su embarazada pariente Isabel.
“En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lc 1, 44). Leyendo esta exclamación, sorprendida y gozosa, de Isabel que veía llegar a su prima María para ayudarla en su embarazo y parto, podemos imaginar los sentimientos, gestos y palabras de gratitud pronunciadas por el herido de la parábola, sabiéndose auxiliado por el samaritano, cobijado en la posada y atendido también por el posadero. Teniendo en cuenta ambas observaciones, voy a enumerar a continuación las ocasiones en las que se atisba más claramente el perfil samaritano de Nuestra Señora.

sábado, 13 de julio de 2019

DÍA 6º: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - "VÍSPERAS I - DOMINGO XV T.O. CICLO C”


DÍA 6º: Sábado, 13 de julio
Lc 10, 25-37
           
Conocemos todos esta página del Evangelio. Lucas nos hace pensar una vez más. Aquí encontramos un diálogo entre Maestros. Un maestro de la ley judía pregunta a Jesús, cómo salvarse, quiere asegurarse la vida eterna y quiere que Jesús le puntualice exactamente qué es lo que debe hacer para ello. Jesús ya ha definido que la Ley se resume en amar a Dios y al prójimo, es una misma experiencia de amor. El maestro de la ley judía insiste: “quién es el prójimo y cómo amarle”. Pide una respuesta que le complazca y lo que le complace es la ley.
Jesús le contesta con una parábola, con este breve cuento dramático, esta pequeña historia, que puede ser real, su mensaje lo puede captar cualquier persona de cualquier pueblo del mundo, de cualquier cultura, hasta un niño. Jesús se explica como un libro abierto.
Hemos oído la historia. Yo les animaría a que reconstruyamos la historia y miremos, a ver, a ver con quién nos identificamos.
Un hombre va de camino a Jerusalén, le asaltan unos bandidos, le roban, le maltratan violentamente, le dejan malherido, desangrándose, al borde del camino. Pasan por allí dos hombres religiosos, un sacerdote y un levita, le ven, están muy ocupados, no pueden entretenerse, pasan de largo. Parece como si no hubieran visto nada. Pasa también un samaritano, un hombre que ha roto con la religión judía, un hereje para ellos. Este hombre no sabe de leyes, ni de preceptos. Ve a alguien tirado en el camino, malherido, sufriendo, sin que nadie le atienda, se conmueve, siente una profunda compasión por él. Decidido a actuar, se apea de su cabalgadura, le hace una primera cura, le monta en su cabalgadura, le lleva a quien pueda seguir ocupándose de él, se responsabiliza de los gastos que origine el desgraciado, promete volver. (Cada palabra de esta historia tiene mucha miga, para nuestra vida).
Jesús prosigue la parábola y pregunta al letrado: “¿Quién de los tres es el prójimo?”. Responde el maestro de la ley, “el que ha curado al pobre hombre mal herido”. Jesús le dice: “has respondido correctamente. Si quieres salvarte, haz tú lo mismo”
Miren, aquel pobre desgraciado, malherido, no necesitaba solo lágrimas, necesitaba personas conmovidas interiormente, que además se sintieran responsables y remediaran su desgracia.
Es decir, no basta con saber quién es nuestro prójimo, tampoco llorar por los que sufren. Solo lágrimas a veces estorban. Lo importante, es amar al que necesita ayuda poniendo remedio a sus males. Los problemas ya los conocemos todos, ¿dónde están las soluciones?
Estas palabras de Jesús, que hoy escuchamos, son las palabras que debemos recoger cada uno de nosotros si nos preocupa cómo andar por la vida en el buen camino de Jesús, siguiendo su vida. Pensemos cada uno cómo aplicarnos esta palabra de Jesús.

viernes, 12 de julio de 2019

Hoja Parroquial - Domingo 15º T.O. Ciclo C 2019


MISA RETRANSMITIDA POR RADIO MARÍA - VIERNES DE LA SEMANA XIV T.O. AÑO IMPAR

SALUDO

Un saludo y abrazo muy especial para aquellas personas impedidas que no se pueden mover de sus casas, los enfermos convalecientes en hospitales, a todos los que están trabajando, estudiando, a los faltos de libertad, a las amas de casa, a los que vais conduciendo y sintonizáis la Radio de la Virgen… a tantos y tantos que nos unimos a través del Milagro que hace posible las hondas y la devoción a Nuestra Señora que nos mueve hacia el Corazón de su mismo Hijo, Jesús.

HOMILÍA

         En esta bella mañana de viernes en la que nos encontramos celebrando la Eucaristía, acabamos de escuchar la Palabra de Dios que nos invita a la confianza, a la confianza que podamos poner precisamente en la Palabra dada por el Señor. 

          El episodio que nos ha narrado el libro del Génesis es la subida de Jacob a Egipto y el reencuentro con su hijo José. Jacob caminó con toda su familia y pertenencias hacia otra tierra, emigra como tantos hoy en día, que buscan mejor calidad de vida, con la desavenencia de que dejan tierra, lengua, cultura, etc. y también la pobre acogida que muchas veces brindamos a quienes vienen de fuera. Pero por encima de todo eso estaba el reencuentro, una satisfacción mayor, que le hace sacrificarse de otras muchas cosas, especialmente en su estado de ancianidad. Él confía, se pone en las manos de Dios.


Por eso rezamos, queridos hermanos, con el salmo: “El Señor es quien salva a los justos”. Un salmo que nos ha invitado a vivir desde la confianza del que tiene su mente y corazón puestos en Dios. Desde esa vinculación no solo podremos vivir la salvación, sino que deseamos también serla.
Y, finalmente, hemos escuchado en el Evangelio de Mateo como Jesús dirige a sus discípulos, cómo les dirige espiritualmente, y en sus palabras podemos escuchar un deseo de prevenirlos y lo hace con dos metáforas: ovejas entre lobos; prudentes como las serpientes, sencillos como las palomas. 
Pero hay algo que siempre les dará tranquilidad y es que no van por su cuenta, sino que Jesús el Señor los enviará. Y ahí estará la seguridad de su misión, pues el contexto de ayer y hoy no es fácil, y en ocasiones es hasta peligroso, y sino recordemos las lamentables imágenes de los días pasados, condenables todas ellas, hacia los pastores de la Iglesia en Nicaragua. 

DÍA 5º: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - "EL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA"


DÍA 5º: Viernes, 12 de julio
Lc 11, 27-28

            Con el dogma católico, confesamos que María es Inmaculada. Quizá podamos decir que se va haciendo Inmaculada al dialogar con Dios en plenitud, es decir, sin egoísmo. María en la medida en la que está en comunión con Dios es más Él y menos ella. Allí donde un frágil ser humano, una mujer y no una diosa, una persona de la tierra, puede escuchar a Dios en libertad y dialogar con Él en transparencia, surge el milagro: nace el ser humano desde Dios, el mismo hijo divino existe en nuestra tierra.
            Solo en este diálogo de amor fecundo, podemos y debemos afirmar que María es Inmaculada. No quiere Dios el vacío de María, no busca su silencio, ni se impone en ella como cuerpo. El Señor la quiere en persona: desea su colaboración; por eso le habla y espera su respuesta. En la escena de la Anunciación de la que hablamos hace unos días contemplamos un diálogo de consentimiento: la Virgen ha respondido al Señor en gesto de confianza sin fisuras; ha confiado en Él, le ha dado su palabra de mujer, persona y madre. Ella y Dios se han vinculado.
            Este es el misterio, este el enigma: que Dios puede querer, con su propio ser divino e infinito, lo que quiere una mujer; y que una Mujer pueda desear en cuerpo y alma (en carne y sangre, en espíritu y en gracia) aquello que Dios quiere. Ciertamente son distintos, deben serlo; cada uno se mantiene a su nivel, uno es el Padre eterno; otra es María, la mujer concreta de la historia humana; pero ambos se han unido para compartir una misma aventura de amor y de gracia, la historia divino/humana de Cristo.
            La madre de Jesús, fue una mujer especialmente querida, agraciada por Dios. Él la preservó siempre de todo pecado, ella fue siempre fiel, su vida fue una respuesta plena a Dios. El Señor ha querido liberar a su madre de todo lo que nos aparta de Él, del daño que nosotros nos hacemos a nosotros mismos y a los demás.

jueves, 11 de julio de 2019

DÍA 4º - NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN: "LA PRESENCIA DE MARÍA EN CANÁ"


DÍA 4º: Jueves, 11 de julio
SAN BENITO
Jn 2, 1-11 

            Con este pasaje comienza la vida pública de Jesús, en el contexto de una fiesta. Porque el anuncio de la buena nueva, del Evangelio, solo puede ser así, en ambiente de alegría. Cristo no puede presentarse ante los hombres como un aguafiestas que viene a rebajar el vino de la alegría humana. Él trae un vino mejor, no una tinaja de aburrimiento. De aquí, debería partir una pregunta para que cada uno la conteste personalmente: ¿nuestra vida cristiana puede seducir a otros, para que, viéndonos, deseen ser como nosotros? Aquí nos jugamos mucho en el futuro de la Iglesia y, también, en la transmisión de la fe en la familia. Por aquí apunta el dinamismo que requiere la Nueva Evangelización que nos está invitando la Iglesia hoy y nos está pidiendo nuestro mundo, también, hoy.
            Es en este ambiente donde Jesús hará su primera presentación como Mesías. La boda de Caná es el primer signo de Jesús y se nos narra en el Evangelio de Juan, que es el Evangelio llamado de “los signos”.
            Jesús fue invitado a esta boda, María ya estaba allí; probablemente ella era pariente de alguno de los novios. Sin duda alguna, ella pertenece al espacio y tiempo de las bodas. No era necesario invitarla: ¡estaba allí! Y María debió de sentirse encantada de bajar a ayudar a sus parientes en el trajín de la boda. María siempre se ha caracterizado por ser una mujer servicial, por estar atenta a las necesidades de los demás, sobre todo de los más necesitados. Esa actitud, tan suya, provenía de Dios, el Señor se la había puesto en el fondo de su corazón y ella en vez de reservársela la ofrecía a la comunidad. Ciertamente, las bodas eran para ella un espacio normal (natural), forman parte de su preocupación y de su historia. No está fuera, como invitada, en actitud pasiva; está muy dentro y, actuando como supervisora, como Madre, ha de mostrarse atenta a todo lo que pasa, a todas las necesidades que se pongan por delante. Por eso, ella ve y ve un problema, porque el vino es fundamental en una boda, es el símbolo de la fiesta y de la alegría; y como no hay avisa a quien ella piensa que mejor le puede ayudar.
Pero si el hecho del milagro y su purificación, que ya los conocemos, son como un pozo insondable, aún más lo es la presencia e intervención de María en él. Aquí las preguntas se multiplican. ¿Por qué pidió María esta intervención extraordinaria de su Hijo? ¿Por qué Jesús contesta con esa, al menos aparente, brusquedad? (“mujer, qué tienes que ver tú conmigo”) ¿Por qué trata de “mujer” a su madre? Y otras muchas preguntas,… La mayor parte de estas preguntas quedarán eternamente sin respuesta.

RADIO MARÍA EN NUESTRA PARROQUIA


miércoles, 10 de julio de 2019

Día 3º - NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - "MARÍA, LLENA DE GRACIA"


DÍA 3º: Miércoles, 10 de julio
Lc 1, 26-38 

            María estaba “llena de gracia”. Más aún: era “la llena de gracia”. El ángel dirá “llena de gracia” como quien pronuncia un apellido, como si en todo el mundo y toda la historia no hubiera más “llena de gracia” que María.
            Está claro que era una mujer elegida por Dios, invadida de Dios, inundada por Dios. Tenía el alma como en préstamo, requisada, expropiada para utilidad pública en una gran misión.
            No quiere esto decir que su vida hubiera estado hasta entonces llena de milagros, que las varas secas florecieran de nardos a su paso o que la primavera se adelgazara al rozar su escapulario. Quiere simplemente decir que el Señor la poseía mucho más que el esposo posee a la esposa. El Misterio la rodeaba con esa muralla de soledad que circunda a los niños que viven ya desde pequeños una gran vocación. No hubo seguramente milagros en su infancia, pero sí fue una niña distinta, una niña “rara”, que diríamos ahora. O más exactamente: misteriosa. La presencia de Dios era la misma raíz de su alma. Orar era, para ella respirar, vivir.
            Seguramente este mismo misterio la torturaba un poco. Porque ella no entendía del todo. ¿Cómo iba a entender? Se sentía guiada, conducida. Libre también, pero arrastrada dulcemente, como un niño es conducido por la amorosa mano de la madre. La llevaban de la mano, eso era.
            Muchas veces debió de preguntarse por qué ella no era como las demás muchachas de su tiempo, por qué no se divertía como sus amigas, por qué sus sueños parecían venidos de otro planeta. Pero no encontraba respuesta. Sabía, eso sí, que un día todo tendría que aclararse. Y esperaba.

martes, 9 de julio de 2019

DÍA 2 - NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN: "LA VIRGEN MARÍA EN LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR"


DÍA 2º: Martes, 9 de julio
Is 7, 10-14
Sal 40, 7-8a.10.11
Lc 1, 26-38


            Celebrada como “reina de cielos y tierra”, María es la mujer sencilla de Nazaret. “Llena de gracia”, es la creyente que se fía totalmente de Dios. Las palabras del ángel –“el Espíritu Santo descenderá sobre ti”- tienen su reverso en la entrega incondicional de María: “Hágase en mí según tu palabra”. La Madre de Jesús avanzó “en la peregrinación de la fe”, y así vivió el encuentro interpersonal de amor con Dios, que llamamos gracia.
            “¡Feliz tú que has creído!”, es la felicitación de Isabel a María. La Virgen recorre los caminos ásperos de nuestra historia en la oscuridad de la fe. Se mantuvo fiel a la palabra del Señor, y en esa fidelidad nos precede. La fe es un don gratuito de Dios, pero se hace realidad en la práctica de la persona humana que se fía libre y totalmente del Señor.
Desde que la figura de María se asoma a las páginas del Evangelio, nos damos cuenta de su sencillez y de su grandeza, precisamente porque así es como hace Dios las cosas. Nuestro Dios no es un Dios que ama la soberbia, que se vanagloria de sus acciones, que se recrea en la ostentación, sino todo lo contrario: ama la sencillez, y valora la fe de corazón. Es un Dios humano que ha nacido de las entrañas de una mujer, sencilla, obediente, pobre, creyente.
            Una de las dimensiones más admirables de María es sin duda su fe, creyendo siempre sin dudar en Dios. Esta fe la va a traer grandes y duras consecuencias: la exigencia de Dios estará a su puerta continuamente pidiendo algo más, conocerá el dolor de forma cruel, … Pero ella sobre todo y a pesar de todo cree, confía y por eso, no abandona, sino que acompaña y contempla. Toda la aureola que rodea a María le viene solo por una sencilla razón: porque creyó. La figura de María se convierte en la de la mujer que creyó en la Palabra de Dios, que no dudó; María fue la primera cristiana porque fue la primera que creyó. Y ella se aprendió muy bien la lección de la fe: toda su vida fue una consecuencia de su creer, de su sí. No creyó para cumplir el expediente, porque así lo exigían las reglas, o incluso porque así lo había pensado Dios para ella. No, creyó convencida de que era la única manera de responder al amor de Dios.
            Es la única condición que pondrá Jesús a todo el que quiera poner en práctica lo que Él enseñó y realizó: creer, la fe. Y creer consiste en dar crédito, en confiar, en decir Amén; en creer en Aquel que antes creyó en nosotros y por eso nos creó. Ahí está, también, la confianza básica que se nota en el pastor que es capaz de dejar el rebaño entero para ir en busca de la oveja perdida. Si no fuera pastor, si no fuera padre, si no conociera a sus ovejas, ¿ustedes piensan que sería capaz de dejar el resto? ¡Para nada! Si lo hace es porque tiene la confianza que las demás estarán ahí cuando regrese. La fe, por tanto, consiste en conocer y en algo de prueba también.

lunes, 8 de julio de 2019

DÍA 1: NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN - “LA VIRGEN MARÍA CONFIADA COMO MADRE A LOS DISCÍPULOS”


DÍA 1º: Lunes, 8 de julio
Mc 7, 1.20-29
Sal 17m 2.3,5.6.7.19-20
Jn 19, 25-27 

       Como en otras épocas históricas, también hoy el cristiano advierte la exigencia de comprender y valorar la misión que la Madre de Jesús desempeña en la Iglesia y en su vida espiritual. La Virgen María ha venido siendo en la historia de la espiritualidad cristiana referencia entrañable que ha inspirado a muchos en el seguimiento de Cristo. La devoción a María, especialmente bajo la advocación del Carmen, ha servido en el pueblo cristiano como alimento para la fe, la esperanza y el amor. El papa San Juan Pablo II, en su última visita a España, nos animaba a perpetuar con la devoción a María: "España, tierra de María". El futuro santo alentaba al pueblo fiel a fijar en María los pilares fundamentales de la fe cristiana. La continuidad con esa tradición viva en nuevo contexto, está claro, es un reto para la Iglesia de hoy, para nuestra Iglesia que está dispuesta, desea y expresa una nueva evangelización. Y para nosotros, también, ahora que comenzamos la novena en honor a la Virgen de Carmen.
Hay que decir, que a pesar de la desorientación del momento que nos está tocando vivir, el cristiano se sigue dando cuenta que María es una señal llena de significado, ofrecida al pueblo de Dios en su camino de fe. 
Así es María, modelo, que sentada en el primer banco de la iglesia nos enseña las actitudes propias para mirar a Jesús, nos indica el camino del seguimiento, pues a ella vemos cuando el Señor va delante, y sino recuerden la imagen de la cruz procesional: el pueblo va detrás, pero no ve al crucificado, ve en el reverso, a la madre, y el pueblo viendo a María, reconoce como mirándole a ella es ir tras el Señor.
Queridos hermanos necesitamos el encuentro personal y auténtico con María, libre de hipotecas y de visiones caducas, una relación con la Madre desde el contacto asiduo con el Evangelio y expresado en un diálogo con ella continuamente renovado. Porque la relación con la Madre procede del sentirnos profundamente hijos, y el hecho de tener una madre común nos hace a todos más hermanos los unos de los otros. La garantía de nuestra relación, de nuestra comunión, está en esa unión mutua, en ese afecto que procede de lo alto y que nos invita a mirar afectivamente hacia lo más bajo de la tierra, y ponernos a su misma altura, siendo llanos, no mirando a nadie por encima del hombro; porque a todos Dios, por medio de María, nos quiere levantar, dar dignidad.

NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL CARMEN (8 AL 16 DE JULIO)


domingo, 7 de julio de 2019

Homilía P. Juan Carlos - Domingo 14º T.O. Ciclo C 2019


El profeta Isaías nos está invitando a la alegría. Esta actitud de la alegría, el papa Francisco la ha acogido y abrazado como actitud imprescindible del evangelizador. ¿Por qué la alegría? Pues parece que es un fruto de estar en Dios, porque él Señor solo se transmite desde la alegría y produce alegría en quien se encuentra con El, y sino fijémonos en María, fijémonos también en el mismo Jesús el Señor que se dirige La Paz, la alegría, a todo quien se encuentra con Él. Y el ángel, les dice también a los pastores: alegraos, os traigo una gran noticia, hoy en la calidad de David os ha nacido un salvador. La alegría del encuentro entre las primas: María e Isabel. El Evangelio produce alegría en quien lo recibe y ha de ser transmite, por tanto, con un talante alegre, fruto de un corazón convencido del amor de Dios.
            ¿Por qué nos falta la alegría? ¿Por qué aparentemente nuestra vida está llena de personas, de historias y amistades trabadas, sin embargo, no se percibe la alegría, nuestras relaciones a veces son secas, frías, distantes, poco afectivas, sin compromiso, aparentemente relaciones individualistas que desean ser justificadas como por el respeto a la intimidad del otro?
            La alegría se nota en la persona. Lo contrario también se nota. Si vivimos alegres, suscitaremos un clima de alegría a nuestro al rededor, y al revés, si vivimos amargados, irradiamos –aunque no lo queramos- amargura a nuestro alrededor.
            San Ignacio de Loyola llama a la alegría que procede de Dios, porque no somos ingenuos y podemos reconocer muchos tipos de alegrías, una persona maléfica puede alegrarse de las desgracias de los demás; la llama consolación espiritual. Y este santo fundador anima a los que tienen consolación se muestren como si no la tuvieran, es decir, anima a lo que nos anima San Pablo a los gálatas, solo nos alegramos en la cruz de nuestro Señor. San Pablo ya está invitando a lo que invita el Señor a los que son enviados a la misión evangelizadora de la Iglesia.
            Somos enviados por el Señor sin más medios que la inspiración del Espíritu Santo. ¿Qué más podemos necesitar? Cada día más justificamos nuestra misión con el afán por tener más aparatos: que si el ordenador, el wifi, la tablet, en el móvil lo tenemos todo y al momento, las redes sociales, ... A veces podemos poner más nuestro corazón en los medios, que justifican nuestro tener, que los idolatrizamos, que nos descentra de lo que sí es verdaderamente importante, y que los medios o el consumismo nos pueden hacer anti evangélicos, porque mucha gente tiene que luchar contra las vicisitudes de cada día y los evangelizadores, por vivir casi sin gastos, gastamos en estas cosas superficiales, y entramos en choque no solo con la gente que no se lo puede permitir y, por otro lado, esta en contra de lo que nos acaba de recomendar el Señor. El seguimiento es en pobreza, no llenos de cosas, y si nos llenamos de cosas, nos estamos confundiendo consciente o inconscientemente de Dios. Jesus ha elegido la pobreza, y Él es toda nuestra riqueza, esto es así, y esta puede ser nuestra mayor alegría, porque al contrario de lo que sucede en otros ámbitos de la vida, para estar cerca de Dios, no necesitamos nada, bueno el deseo de estar con Él.
            Felices los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos. Convirtámonos también en esto y no confundamos a nuestro Dios.