Nosotros en Íscar somos unos privilegiados al tener un solo sacerdote para nuestro pueblo, y que este solo tenga un pueblo. Ya vemos, por el documental, como está la actual situación de la Iglesia, no solo en Palencia, también en Valladolid, también en nuestro arciprestazgo de Pinares.
Hoy en día no se puede mantener una pastoral como cuando había dos sacerdotes en el pueblo, cada uno de ellos atendiendo cada una de las parroquias (Santa María de los Mártires y San Miguel Arcángel). Hoy no hay tantos sacerdotes y además los que son, están en múltiples tareas. El P. Juan Carlos comparte la parroquia con las clases de formación religiosa en el instituto de nuestro pueblo (que son un buen suplemento en la atención de la juventud de nuestro pueblo), así como con la delegación diocesana de catequesis. Además de tener vida propia y tener que estar cerca de su padre, compartiendo esta responsabilidad con sus hermanos.
Nuestro pueblo se da cuenta de esta nueva situación y se adapta a las nuevas circunstancias. Todos lo que verdaderamente necesitamos es que nuestros sacerdotes sean entregados y tengan celo pastoral, para que junto con el resto de la comunidad cristiana puedan caminar por donde el Espíritu Santo nos va orientando cada día.
El Papa Francisco nos anima a la Iglesia a la conversión pastoral y a la pastoral de la conversión. Él comenta que no vale el "es que siempre se ha hecho así", y frases parecidas; es decir, sacarnos del inmovilismo. Debemos adaptarnos a las nuevas circunstancias sin que por ello vayamos a "descafeinar" el depósito de nuestra fe; este es el mismo, ayer, hoy y siempre: CRISTO ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Pero ciertamente, hay celebraciones que tienen fecha en el calendario, y a veces resultan difícil poder encajar, por eso entre todos tenemos que ser flexibles para comprender que lo importante es vivir en coherencia con lo que Jesús el Señor nos enseña en el Evangelio y salir -muchas veces- de nuestro propio "amor, querer e interés".
