domingo, 28 de abril de 2024

BERNARDO DE HOYOS Y CRUZ DE MOSUL

 



En el marco del Año Jubilar que estamos celebrando, un tiempo alegre y agradecido al Señor que quiso hacerse presente en Valladolid y decir una palabra segura y llena de confianza a un joven jesuita, llamado Bernardo, natural de Torrelobatón. Bernardo de Hoyos escuchó con pasión palabras apasionadas de Jesús que le reconfortaban y consolaban en su acción de gracias, después de la comunión. Eran pocas palabras que se comprometían como promesa: “Reinaré en España y con mayor veneración que en otras partes”.

            Bernardo había conocido esta devoción al Sagrado Corazón en Francia, a través de Santa Margarita María de Alacoque y del padre jesuita Claudio de la Colombière. El P. Hoyos se convertiría en testigo de una gran Presencia, custodio de una gran Promesa, y apóstol y propagador de una Devoción. Esta devoción la tomaría la Compañía de Jesús como misión especial encomendada por el mismo Papa, dentro de las misiones que el Romano Pontífice encomienda a esta orden por su obediencia especial al Vicario de Cristo en la tierra con un cuarto voto: “Propagar la devoción al Corazón de Jesús”.

            Esta devoción es entendida como Amor, ese Amor que no le cabía a Bernardo en el pecho y que le ardía de tal manera que no podía más que propagarlo a los cuatro vientos, con veneración y Adoración en el sacramento de la Eucaristía, momento en el que Jesucristo se nos hace presente realmente.

            Nosotros somos, ahora, quienes debemos recoger el relevo de esta Promesa, hacerla nuestra, vivirla, dar tiempo para que también en el reposo de la Comunión podamos experimentar la presencia Cordial de Jesús que quiere reinar en nuestras almas. No corramos por salir de nuestras iglesias, sino que hagamos consciente que Jesús Sacramento está vivo en nosotros y desea que seamos apóstoles de esta Gran Noticia.

            Así la imagen peregrina del beato recorre cada rincón de esta diócesis, porque también necesitamos signos visibles que nos ayuden a recordar que somos depositarios de una Gran Promesa. Igualmente peregrina, la Cruz de Mosul, una cruz que ha sido rescatada de la ciudad iraquí Mosul, en la llanura de Nínive, que fue tomada por yihadistas del llamado Estado Islámico. Esta cruz es un ejemplo visible de la persecución a la pequeña comunidad cristiana en Irak. Desde esta cruz Jesús también se nos promete el Reino.

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