martes, 28 de marzo de 2023

SAN JOSÉ Y LA CUARESMA 2023

 


Este año, como saben, al coincidir el día de San José con el cuarto Domingo de la Cuaresma, prevalece el Domingo. Litúrgicamente celebraremos su solemnidad mañana lunes, 20 de marzo. Esto, a veces, también pasa a nivel civil, una fiesta cae en domingo y se traslada al lunes para disfrutar de vacación. Pero este no es el caso.

         Oigo muchas veces, entre nosotros, decir: “hay que conservar las tradiciones” y es verdad, es muy importante conservar, mimar, aquello que no nace a partir de nosotros sino que viene de tiempo atrás, que nosotros tan solo somos una mano en el eslabón de esta gran cadena. En el fondo tenemos la responsabilidad moral de continuar aquello que nuestros predecesores nos han dejado.

         Ciertamente estas tradiciones habrán de ir de la mano con cada momento. Es decir, podrán cambiar las maneras, más acordes con nuestro tiempo, pero el Espíritu de la tradición eso es lo que no puede cambiar.

         Los cristianos, la tradición más importante que tenemos es la celebración de la Eucaristía el Domingo, día del Señor. Hoy en el evangelio del Ciego de Nacimiento hemos escuchado la controversia entre los fariseos y Jesús por curar en sábado, el día séptimo de la semana, el que se corresponde con los días de la creación, con el día del descanso de Dios. Pero fijaos, que interesante cómo Jesús -que es judío- desea mantener esa tradición, pero con un espíritu nuevo. Lo importante no es mantenerla por mantenerla, en este caso se trata de la ley, sino convertir el amor, la empatía, el servicio, la generosidad de corazón, como una tradición. Y eso es lo que abrió los ojos de aquel ciego y lo que debería abrirnos los ojos a nosotros hoy. Porque el acento de este Domingo, que denominamos “Laetare” porque nos vamos acercando a las fiestas pascuales, y entonces vamos pregustando la alegría de la Vida, como el poder ver en este hombre, le da la vida.

         A este ciego no se le devuelve la vista, pues es ciego de nacimiento, pero nosotros sí nos hemos podido quedar ciegos por el camino: ciegos de ceguera espiritual. No podemos ser ciegos al mundo en el que vivimos, a sus gentes, a sus cambios, a sus transformaciones, a sus intereses e indiferencias. La Iglesia, cuyo patronazgo lo tiene en San José, no puede ser ciega para no ver esto de lo que les hablo y por ello no solo lo ve, lo reconoce, lo ama como madre y desea dar respuesta de la mejor manera que sabe y con las manos con las que cuenta.

         Igual que hacéis los padres con vuestros hijos, cuyo patronazgo también tenéis en San José, padre adoptivo del Hijo de Dios, pues vosotros, quizá, muchas veces sentís la impotencia para poder educar a vuestros hijos, hijos de esta generación. Quizá os sirva, aunque parezca que parezca que haya caducado, el modelo que tuvieron vuestros padres con vosotros, pero actualizándole al momento. Seguramente sirva el estar siempre presente, el estar ahí en todo momento, el no delegando la paternidad, el no buscando sucedáneos o justificaciones.

         Estas justificaciones pueden venir por el mundo del trabajo, que parece como que es la cantinela que muchas veces justifica nuestra inoperancia: “tengo mucho trabajo”, “no tengo tiempo”, etc. San José, es patrono de los obreros, aquí hoy os convoca

 

X José, X ti, X tantos - Campaña de la Renta 2023 (60'')

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