domingo, 26 de octubre de 2025

Explicación para niños sobre el día de Todos los Santos

 



Sencilla y clara explicación para niños sobre el día de Todos los Santos, por una madre catequista.

Artículo original de Catholic.net

Día de todos los Santos

Explicación para niños sobre el día de Todos los Santos
Por: María Luisa Martínez Robles | Fuente: Catholic.net

Soy María Luisa y os escribo desde Madrid, España. Aunque no os conozco estoy enterada del interés que tenéis por aprender cosas de Jesús. Os voy a explicar lo que significa el día de todos los Santos. Me encanta hacerlo. Yo también soy catequista en mi país y me gusta mucho hablar con los niños. Os voy a contar una historia.

Cuando era pequeña me preguntaban que quería ser de mayor y yo decía que quería ser santa. Luego me di cuenta que eso no era una profesión y además era muy difícil conseguirlo.

Después pensé, cuando fui mayor que en todas las profesiones y actividades se puede ser santo. Me decidí a hacer algo que me gustaba mucho y era enseñar a los más pequeños. También a ser madre y he conseguido las dos cosas. Y es que por muy difíciles que sean nuestras metas hay que intentarlo. Ser santo también debemos intentarlo.

El día 1 de noviembre es la fiesta de todos los santos, hay muchos, blancos, negros, jóvenes, ancianos y niños. Unos han sido siempre muy buenos, otros no se portaron muy bien, pero al final se dieron cuenta que Jesús era su amigo y les quería como eran y decidieron seguirle. Algunos vivían con los pobres, otros eran ricos y vendieron todo para seguir a Jesús. Algunos eran sabios, otros muy sencillos pero todos tenían algo en común. Se habían dado cuenta que no hay nadie ni nada tan importante como Jesús.

Nosotros también podemos ser santos pero tenemos que esforzarnos en hacer lo que Él  nos enseñó. Amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos.

Este día se recuerda a todas aquellas personas que quisieron seguir a Jesús por encima de todo. A muchos ni  siquiera se les ha canonizado, no están en el calendario, no tienen un día especial, pero Dios les conoce y sabe que son santos. Este día es para todos ellos

Cada año, el Papa canoniza alguno. Hace poco fueron San Juan Pablo II y San Juan XXIII.

  • A San Luis Gonzaga cuando era un niño como vosotros le preguntaron cuando estaba en el recreo, que haría si en ese momento supiese que se iba a acabar el mundo. Dijo que seguiría jugando porque en ese momento era lo que tenía que hacer. Nosotros si queremos ser santos debemos hacer en cada momento nuestras obligaciones lo mejor que sepamos. Además debemos ser alegres porque otra santa dijo que «un santo triste es un triste santo».
  • San Agustín decía «ama y haz lo que quieras» sí amas a alguien no puedes hacer nada malo.
  • Santa Teresa de Jesús estaba en la cocina y pensaba que entre los pucheros también anda el Señor.
  • San Pedro negó conocerle tres veces: falló, luego se arrepintió y fue un gran  santo.

Ya no os canso más. Os he contado lo que significa esta festividad. Sólo me queda explicaros que al día siguiente se celebra el día de difuntos. Acordémonos de rezar por todas las personas que ya no están con nosotros, que han subido al cielo para que María les cuide. Cuando Jesús resucitó nos prometió que viviríamos para siempre todos los que creemos en Él. Tenemos mucha suerte.

Espero que os haya gustado la historia que os he contado. Seguid siendo muy buenos. Espero que recéis por mi. Aunque estamos muy lejos sabed que tenéis una amiga.


EL CIELO NO PUEDE ESPERAR (Canción oficial de la película de Carlo Acutis).

domingo, 5 de octubre de 2025

IN MEMORIAM - MARUJA, LA DE LA PLAZA

 


Recuerdo que el Papa Francisco le gustaba hablar de los santos de la puerta de al lado. Hoy en la Iglesia celebramos un gran santo, San Francisco de Asís, (felicidades a los veterinarios), y muchas veces en nuestras celebraciones litúrgicas mencionamos las vidas de los santos y como ellos, por ser humanas, como nosotros, nos acercan la santidad.

Hoy me van a permitir que les hable del grano de mostaza, esa pequeña semilla capaz de hacerse un gran árbol, dar muy buena sombra, albergar animales entre sus ramas y sobre todo dar un buen fruto. Y me gustaría hacerlo reconociendo la vida de un pequeño grano, que dio a su vez mucha vida y que nos ha dejado un precioso legado.

Recordamos hoy a una mujer de nombre de pila María de los Ángeles, que entre San Miguel y los Santos Ángeles Custodios se encargaron de presentarla ante Dios y sus seres queridos. Ella es Maruja. Y lo hacemos en el último adiós a esta hermana nuestra, en la fe, una mujer que vivió 92 años bajo la luz del Evangelio y que ahora, confiamos con esperanza, haya sido acogida en los brazos misericordiosos del Padre.

Cuando una persona se va después de una vida larga, “parece” que duele menos… pero en realidad, cuando esa persona ha estado tan presente, tan firme, tan entregada y comprometida como lo fue Maruja, el vacío se siente profundamente. Nos consuela, sin embargo, saber que su vida no fue simplemente larga, sino plena, fecunda y bendecida. Ella tuvo una vida con sentido.

Maruja fue una mujer de fe profunda. No una fe de palabras vacías o de rutinas sin sentido, sino una fe que encarnó en su vida diaria. Percibí en ella una mujer, quizá, adelantada a su tiempo. Participó con compromiso y alegría en la vida de la Iglesia. Siempre era muy simpática. Formó parte del consejo parroquial, aportando su sabiduría, su experiencia y su corazón generoso. Ella sí sentaba a la mesa a quien fuera. Ese Espíritu siempre fue el que le llevó a ayudar a personas para que pudieran tener acceso a la educación. En este sentido recordamos su relación con las religiosas carmelitas de la caridad de San Joaquina Vedruna. Su espíritu solidario lo encauzó en el servicio a Manos Unidas o Cáritas. Fue una mujer que se mezclaba con todo tipo de gente, no me pareció nunca que hiciera acepción de personas, ella era “Maruja, la de la plaza”.

Y no solo ayudaba desde lo visible. Muchos aquí la recuerdan con gratitud por su servicio humilde y constante: ayudando en el cuidado de los purificadores, manteles y todo lo necesario para que la liturgia fuera digna. Ese trabajo muchas veces silencioso, pero que tanto habla del amor a Dios y a la comunidad. En cada pequeño gesto estaba su oración hecha acción. Al lado de otras mujeres que formaron un grupo de amigas que igual estaban en el coro parroquial, en el servicio de la caridad y formando grupo cristiano de Vida Ascendente.

El Señor la bendijo a ella y su esposo Cruz también con una familia muy numerosa, incluso en el don de la vida fueron generosos. Tuvieron un rosario de hijos, a quienes supo educar con valores, respeto y fe. Y eso no pasa desapercibido. El testimonio de sus hijos e hijas, su forma de vivir, su talante respetuoso es marca de la casa donde se viven los valores que proceden de la educación, su respeto y su cariño por ella, son reflejo de la buena semilla que sembraron en el seno de la familia.

Qué hermoso es cuando una madre puede mirar a sus hijos con gratitud, aunque al final les confunda, se olvide, y con que tranquilidad, sabiendo que ha cumplido su misión. Maruja fue una de esas madres.

En sus últimos años, cuando la memoria comenzó a fallar —como suele pasar cuando la vida se va alargando—, su cuerpo seguía fuerte. Pero, sobre todo, su corazón seguía atento a lo más importante. Agradecía profundamente cada vez que se le llevaba la Comunión a casa. Aunque ya no recordara muchas cosas, sabía bien a quién estaba recibiendo. Y eso nos muestra que su fe estaba grabada en lo más profundo de su ser, más allá de la memoria humana. Cuando la conversación no fluía ella mostraba el agradecimiento y el regalo que le suponía recibir a Jesús en su corazón.

Qué testimonio tan bello de amor a la Eucaristía. ¡Cuánto tenemos que aprender de ella!

Hoy, como creyentes, no nos quedemos en la tristeza. Lloramos, sí, porque la vamos a extrañar. Pero lo hacemos con esperanza, porque creemos en las promesas de Cristo. Jesús nos dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá” (Jn 11, 25). Maruja creyó en Él. Lo siguió. Lo sirvió. Y ahora, descansamos en la confianza de que el Señor ha salido a su encuentro.

Agradezcamos al Señor por la vida de Maruja. Demos gracias por su ejemplo, por su entrega, por su fe. Que su vida siga inspirándonos a nosotros, los que quedamos aquí, a vivir también con fe, con humildad y con servicio generoso. Que sus hijos, nietos y biznietos, recojan el testigo de esta santa de la puerta de al lado.

Y pidamos al Señor que la reciba con amor, que la purifique con su misericordia y que la haga participar del banquete eterno, donde ya no hay lágrimas ni dolor, sino alegría sin fin.

Descansa en paz, querida hermana. Has peleado la buena batalla, has terminado la carrera, has conservado la fe (cf. 2Tim 4, 7). Amén.

Migrantes: misioneros de esperanza


 

Homilías para Misas con niños de jjgarcia - Domingo 27 del T.O. Ciclo C - Campaña del inmigrante y el refugiado

 


Lecturas: Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4 Salmo 94 Timoteo 1, 6-8. 13-14 Lucas 17, 5-10

Habacuc: ¿Hasta cuando clamaré al Señor sin que me escuche, por qué me haces ver tantas desgracias a mi alrededor? La visión del Señor llagará en su momento, porque el injusto morirá, pero el justo vivirá por su fe.

Salmo: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, no endurezcáis el corazón. Demos vítores a la roca que nos salva.

Timoteo: No te avergüences de dar testimonio de nuestro Dios. Dios no nos ha dado un Espíritu cobarde. Toma parte en los duros trabajos del evangelio. Ten siempre delante de Ti la visión del amor de Cristo.

Lucas: Señor, auméntanos la fe – Si tuvieseis fe como un granito de mostaza, moveríais montañas. Trabajad por el evangelio, y haced lo que tenéis que haced.

 

Signos que vamos a utilizar:

A Un niño le tapamos los ojos con un pañuelo, y un grupo de cuatro o seis le van a sostener mientras él se tira de espaldas confiando en ellos. Esta misma experiencia la haremos de nuevo complicando la situación dejándolo que se tire desde lo alto de una silla, confiando en los que le van a sostener. ¡qué difícil es tener confianza!

 

HOMILÍA

1. Vivimos en la época de la desconfianza. Hace unos años la gente se apretaba la mano y se juraba lealtad y eso nunca se rompía. Se casaban y se juraban fidelidad y eso no se rompía.

a. Ahora estamos viviendo una etapa de desconfianza total: Ya hay padres que no confían en sus hijos que los dejan tirados cuando son mayores y más los necesitan, o hijos que no confían en sus padres porque ya no los educan y le dan de todo o les importa poco que aprueben o no; o matrimonios que no confían en los otros….

b. Y si no confiamos en nadie, si no tenemos quien nos quiera o amigos en los que confiar ¿Qué hacemos cuando la vida nos pone ante problemas y circunstancias difíciles, que siempre llegan?

2. Porque hay veces que vamos equivocándonos por la vida…… parece que no vemos los obstáculos y las trampas que hay en nuestro camino. Vamos como si fuésemos con los ojos tapados (TAPAMOS LOS OJOS A UN NIÑO VOLUNTARIO Y GUIADO POR OTRO LE HACEMOS QUE ANDE ALREDEDOR DEL ALTAR TROPEZANDO EN LO QUE NO VE)

a. Estos tropiezos son normales en la vida: mi amigo no me presta lo que necesito y no tengo a quién pedirlo, mi madre no confía en mí porque estoy suspendiendo las notas, yo no confío en dejarle mi bici a uno que se que está loco y me la puede romper…….

3. Pero ¿qué pasa cuando a nuestras vidas llegan de verdad los problemas?

a. ¿Cuándo estoy enfermo y espero que vengan a visitarme y a traerme los deberes para que no pierda el cole? ¿Qué pasa cuando me acusan de algo que ha desaparecido y soy inocente y nadie me cree? ¿a quién contarle mis preocupaciones, mis sentimientos?

4. Las lecturas hoy, parecen particularmente actuales (1ª lectura: ¿por qué me haces ver tantas desgracias a mí alrededor, Señor? ¿Cuándo llegará la salvación?)

a. Es nuestro grito de impotencia ante los males del mundo, y ante nuestro propio sufrimiento.

b. Porque las pruebas que la vida nos pone, a veces son tan duras, que nos hacen dudar de todo y de todos, incluso del amor que Dios nuestro Padre nos tiene........

5. Y la respuesta de Dios, es la que hoy nos sigue dando:

a. Ten paciencia, no desesperes, ten confianza; porque SIEMPRE en el momento adecuado Dios actúa. Y pone cada cosa y cada persona en su sitio .........

b. Siempre después de la tormenta llega la calma. Después de la oscura noche llega el amanecer…

c. ¿Quién me recogerá cuando caiga? (VARIOS NIÑOS SE PREPARAN PARA RECOGERLO CUANDO SE CAE CON LOS OJOS CERRADOS…Y LO SOSTIENEN SINPASARLE NADA)

d. Dios siempre actúa y pone en medio de tu vida a padres, abuelos, amigos que te sostienen y te aman….. y te recogen de tus problemas con ternura y paciencia…..

6. Y si los problemas se agrandan y son más difíciles (AHORA SUBIMOS AL NIÑO CON LOS OJOS TAPADOS SOBRE UNA SILLA PEQUEÑA Y DE NUEVO SE TIRA Y LO RECOGEN SIN DAÑO)

a. Por muy grandes que sean los problemas…. Nunca tengas miedo, confía en los que te quieren, que siempre, siempre están ahí.

b. Por ello, si tienes esa confianza en Dios, y en los que Dios ha puesto en tu vida….. cualquier gran problema que parezca una montaña, al final se resolverá como si fuera un grano de arena……

7. Pero nunca te olvides de darle gracias a Dios ¿Pero cómo hacerlo?.... pues siendo a la vez amigo de confianza de aquellos que Dios ponga en tu vida….. nunca falles a tus padres, a tus abuelo, a tus amigos….

a. Y todos iremos construyendo con nuestras manos y nuestros hechos este mundo de amor y confianza que es el cielo en la tierra.