Desde “Tierra de Pinares”, donde me encuentro, proponemos un Encuentro de niños y adolescentes de catequesis, para todos aquellos que se encuentran en el proceso de Iniciación cristiana. Estos catecúmenos pueden ir acompañados por los catequistas de sus parroquias, también por algunos papás. El lugar y día del Encuentro será el 2 de diciembre de 10,30h a 18,00h en “El Abrojo”, una finca, antiguo noviciado de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada que se encuentra entre Boecillo y Laguna de Duero.
“El Abrojo” debería tener mucho interés para los
vallisoletanos pues allí se encuentran algunos restos de un antiguo convento franciscano,
cuyo nombre era Scala Coeli, y en el que vivió nuestro patrono San Pedro
Regalado. También muy cerca de allí existió una casa y un bosque real donde
iban a descansar los Reyes Católicos, Carlos V y Felipe II. Pero de esto último
no queda nada por un incendio que hubo en el año 1624m quedando destruido
también el convento, del que solo queda algún resto de los muros, la bodega, una
fuente y un estanque.
Es interesante la historia del vallisoletano Pedro
Regalado, pues un día, solemnidad de La Encarnación, salió al campo en compañía
de un hermano franciscano para rezar la Liturgia de las Horas, se encontraron
un toro bravo y Pedro lo amansó pues el astado se había escapado de una lidia
cercana e iba haciendo, como decimos por esta tierra, “laboradas” por donde
pasaba. El animal cayó de rodillas ante el fraile y este le bendijo, quitándole
unos hierros y animándole a marchar en paz. Desde entones San Pedro Regalado es
patrono de los toreros.
Pues en ese entorno campestre, remanso de paz,
tranquilidad y seguridad, tendrá lugar este encuentro. El año pasado ya tuvimos
otro. Y lo pasamos tan bien, que estoy seguro que los niños repetirán, pues
esta finca ya se ha convertido en un reclamo para la convivencia no solo de
niños, sino también de jóvenes y mayores.
La verdad es que los niños, en sintonía con Laudato Si´,
conviven con otros niños de otras parroquias en medio de la naturaleza, creación
de Dios, donde pueden apreciar la obra del Señor en todo y en todos, también a
través de las distintas tonalidades del campo, el canto de los pájaros o el
arrullo de las tórtolas, el cacareo de las gallinas y la tranquilidad de los
gatitos durmiendo al sol.
Sobra decir que, aunque está diseñado por el Arciprestazgo
de Tierra de Pinares, contando con el apoyo de la Delegación diocesana de Catequesis,
está abierto a todos aquellos que quieran participar. No solo disfrutan los
niños sino también los catequistas y los padres. Y es lo que invita a repetir.
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